Traducción desde el inglés por
Carlos Bedoya
Cuando era niño leí
Acerca de las dos formas en que mueren las estrellas.
La primera es que las estrellas empiezan
A enfriarse. Durante millones de años
Se desgastan dando luz y calor.
Cada posible elemento viviente muere
Hasta el final convirtiéndose en
Frío eterno, el horizonte de una muerta gigantesca.
La otro es que la estrella empieza
A contraerse. Durante millones de años
Cada uno de sus átomos, cada rayo de luz,
Cada deseo, pensamiento y esperanza
Presiona hacia un centro inexistente.
Su proceso de muerte termina cuando
La estrella entera, junto con toda su atmósfera,
Ha sido comprimida hasta el tamaño de una pelota de tenis.
Todo se torna centro,
Gravedad y masa infinita.
Cuando era niño leí
Acerca de las dos formas en que mueren las estrellas.
Cuando el niño crece,
Cada cumpleaños se convierte en la sola repetición
De uno u otro tipo de muerte:
El nacimiento de la civilización, el origen de la poesía.
Dos veces nací y dos veces
Perdió mi padre sus esperanzas en mí.
Hurgas demasiado en los libros,
Dijo. Eso es malo para tu salud.
Estarías mejor si pudieses finalmente aprender
a sostener una raqueta de tennis
Y a impulsar la pelota sobre la malla.
Tan sólo cinco minutos para llegar hacia ti
Antes de apagar las luces.
Porque el poema que esperaste todo el día
No está allí, y hace su inventario
así: Fatigados libros sobre la mesa,
Plantas que han plegado sus hojas y duermen ahora,
El zumbido de la televisión y sobre la mesa
Una polilla agitándose,
Fatalmente enamorada de la luz.
Resta solamente un minuto. Treinta segundos.
Ahora estoy desnudo y en la cama. Te escucho:
Diez, nueve, mas -¿Habré olvidado algo?
Seis, sí, cinco, olvidaba el cuatro,
Tres, pero ahora son dos y, también, para eso,
Es demasiado tarde. Sólo puedo
Recoger firmemente mis alas
Y esperar a que me despiertes en cero.
Mudas explosiones de iones. Energía suspendida en un
símbolo.
Antigravedad. Danza magnética en óseos descarnamientos.
Protuberancias.
Con el ojo desnudo uno sólo ve tan sólo
Cuando el cuerpo es comprimido hacia la oscuridad
Totalmente abandonado, así como el cuerpo
De un paciente se entrega
a las manos impasibles de técnicos que justo
han cerrado tras ellos la puerta del gabinete de rayos X.
Ellos lo dejaron consigo mismo y la máquina.
El delantal de plástico oscilando sobre su pecho.
Un relámpago, quizás fatídico.
Protuberancias.
Por ninguna buena razón, a 93 millones de millas,
En la cromosfera del Sol,
Masas de gas blanco-caliente en movimiento.
Se alejan y se desbocan a gran velocidad
Hacia el universo.
Un rayo. Dificilmente perceptible.
Protuberancias.
Protuberancias.
Ser la longitud de onda verbal de los rayos de luz
Que viajan a través de memorias y carne.
Registrando las heridas
Puedes sanar a los lisiados por este mundo.
Ales Steger (Eslovenia, 1973)
Traducción desde el inglés de Carlos Bedoya
Ven, Tumi
Ven a través de la vasta pampa
En mis ojos,
Déjame tender bajo las oscuras nubes.
Como esperma, Tumi
Como esperma reduces a cenizas a aquellos
Que miran dentro de ti: yo sé,
Yo te vi, Tumi, a través
De la expandida ventana de un tren en aceleración
te vi en primer plano
De pie, volviéndote más y más grande
Sobre un talúd sin árboles
Cada vez más poderoso.
Te pedí que vinieras
Entonces,
Las llamas volaron a través del cielo
Y la niebla se unió a la niebla
Cuando tú los arrojaste, Tumi,
Los arrojaste como la negra nieve
Que resplandece bajo las escamas
De una serpiente, en las fauces de un puma,
Entre las huesudas alas de un cóndor.
Negra nieve.
En la estratosfera, los rápidos del río, las vigas de la mina.
Tumi,
Tu lustroso dedo gordo, Tumi,
Tu frío dedo gordo, Tumi
Lamiéndolo con palabras
Amamantándome de él
Cada vez más cerca de ti
Sólo un poco más, un milímetro más cerca del mañana
Entonces, sí.
Entonces, si no te eriges sobre mi
Yo que estoy aquí, Tumi,
Si no te libras de tu decapitador,
Si me dejas y no
Lo liberas desde tu oscura frontera de nieves,
En la que estoy atrapado,
Entonces, Tumi,
Entonces será un placer, Tumi,
Que me dejes, Tumi,
Que te vayas lejos, Tú
De mí.
Me gustaría hablarles de insectos,
De esos que volaron bajo el cielo ebrio,
deslizándose sobre nosotros, y sorbieron nuestra sangre.
Hundida hasta los tobillos
En la blanda tierra, me enseñaste
A atrapar insectos bajo hojas de lechuga,
A coger un cuchillo, a cortar en dos una manzana.
Yo tomé el primer pedazo,
Tú pusiste el otro, envenenado en una trampa
De modo tal que nadie pudiera devorarlo.
Demasiado ingenua y candorosamente dijiste que te gustaría
Ver a quién habías atrapado.
Abstracta y secretamente en mi cabeza,
Los años subsiguientes me dispararon y mataron
Por más que me sintiera amado o enamorado.
En el primer grado tu hermana
Me enseñó los nombres de las flores y las formas
De las letras,
Y complejas nociones incomprensibles
Como Tecnología, Dios e Historia.
A la par abrieron
Una carnicería en nuestro vecindario.
En tiempo record –36 segundos apenas
Para matar, colgar, desollar y descuartizar
Una vaca. Mamá
Últimamente no sé lo que se viene sobre mí.
Temprano me voy a dormir
Y en mi sueño camino sin pausa,
Siempre camino. No sé adónde.
Para encontrar a alguien, no se dónde, mas espero.
Camino y camino
Hasta que el zumbido de mosquitos matutinos me despierta
Y comprendo que debo matarlos,
que debo matarlos a todos.
Te has quedado con las manos vacíos y con una nuez
entre las manos.
Primero la aprietas y la escondes como algo mágico,
Mas luego todo te agobia y te das cuenta de que
debes
Reaccionar y desaparecer al mago para sobrevivir.
En el centro de la nuez hay una almendra, pero
ello no te importa,
Necesitas la solución oculta dentro
de la corteza.
La agonía se torna creciente entonces tú aprietas el puño vacío
y rompes la nuez.
Ella crece en silencio, los signos rotos se hacen
incomprensibles
Y la respuesta semeja una esfinge, más a través
de las fisuras te adentras
Y comes de la almendra. Allí haces espacio para ti.
Así te conviertes en la almendra.
Y la almendra se convierte en ti. Te pones en cuclillas
y esperas que la corteza crezca alrededor. Como una
especie de feto
Que se acurruca y espera mientras hay menos y menos
luz en la nuez,
y menos y menos heridas. Lentamente empiezas
a vislumbrar los signos
Y los signos se hacen cada vez más y más visibles.
Tú lees en voz alta, pero cuando él llega al final
la corteza termina de crecer y cae la noche
en torno tuyo.
Atrapado en lo oscuro,
escuchas cómo un conejo blanco de dientes asesinos
salta de un sombrero
y se detiene en frente de la nuez, mirándola
intensamente.
Aquí, toma un condón. Pretendes que no te gusta,
Pero de hecho, lo necesitas. Tómalo. Así.
Ahora lee las instrucciones sobre la plateada superficie
de la envoltura.
No comprendes este lenguaje, pero te gusta
porque sabes
Que el mensaje está dirigido a ti.
Quién sabe, quizás hasta habla de ti
O alguien pudo haberlo escrito teniéndote en mente.
Ábrelo. Sin falsa modestia. Es tuyo
Y puedes hacer con él lo que quieras. Así.
Ahora apriétalo entre tu boca. No, no oíste bien,
entre tu boca. Si lo encuentras difícil
Cierra tus ojos e imagina
Que posees un trozo de seda fragante
O una margarita que deseas besar.
Y ahora: sopla. Sí, sopla. Lentamente espera que el aire
Recorra todo el plástico. Sí, ya se ha puesto
Más grande.
Sopla más duro. ¿Puedes ver cuán grande se hace?
¿Te gusta? Ahora es suficiente. Podría llenar
La sala entera, empujarte hacia la pared
Y triturarte. Basta, te digo. Es tiempo
De anudarlo. Así. Ahora realmente
Es sólo tuyo y puedes hacer con él lo que desees.
Ah, veo que has tomado un pintalabios rojo
Y empiezas a dibujar en él. Dibujas un punto.
Y otro. Y debajo, una línea sonriente.
Comprendo: Te gustaría dibujarme
Y así llegar a ser mi dueña, pero no me has captado
Realmente bien y ahora te enojas. Estás loca.
Pero, ¿qué es esto? Parece que detrás de mi sonrisa,
Donde no hay nada, salvo el aire que
Exhalaste,
Hubiese algo. Sabes que no es posible, pero
Este sentimiento no te abandona. Al contrario:
Te vuelves cada vez más impaciente. Sientes
Como si te hubieses perdido en un bosque oscuro
O como si no pudieses mover tus miembros otra vez
Te odias al gustarte esto, así que pones
Tu oído
Junto a la boca que dibujaste, y escuchas atentamente.
El aliento que antes salió de ti tan alegremente
Repentinamente se detiene.
Horrorizada, escuchas de nuevo. Ahora no
Queda duda. En el vacío del condón
Hay alguien, y tú sabes endiabladamente bien
Que sólo Dios puede estar allí donde no hay nadie.
Atónita, te alejas, pues nunca esperaste
Estar sola contemplando algo como eso, y sólo
ahora te enloqueces realmente. Aún más: una loca atemorizada,
Pues para ti no es seguro, si en un momento,
Al sacar una cuchilla y lenta y profundamente
Hacer un corte en mí, realmente yo desaparezca para siempre
He estado esperándote.
Y yo a ti, aunque siempre he estado a tu lado,
Aunque tus anhelos anduvieron entre nosotros
Como el vidrio de una ventana. Cuando estuve en ambos lados a la vez
Tú en ninguno estabas, y cuando yo
Me paré tras el vidrio para desvestirme
Tú apretaste las palmas de tus manos y tus labios del otro lado del cristal
Se transformaron en imágenes infinitamente distorsionadas.
No es muy original esta metáfora de ventana cristalina.
Ayer, cuando tanto me quisiste,
Me arrojé hacia la noche, y todo cuanto pudiste ver
Fue el tintineo de las estrellas en mis senos,
Y todo cuanto pudiste ser fue el indefenso polluelo
bajo una bombilla en la incubadora
apiñándose junto a los otros polluelos
Para sentir el estremecido latir
De solitarios corazoncitos como el tuyo
Y comprobar que existen otros seres solitarios
condenados a morir.
Ayer supiste que sueles dudar como un
Niño
Que no puede alcanzar el mar porque la playa está cercada
y pretende entonces que el mar no existe.
Y para él deja de existir,
sólo que él no deja de existir para el mar
Que llega, inesperadamente a buscarlo
En la tienda, en la escuela, durante una riña de sus padres,
O más tarde, durante un tímido hacer el amor
En el cual no hay amor
El mar llega, amor, desde lo alto, surge a través
del cielo
Así que cuando levanta la vista, puede verse a sí mismo suspendido en lo alto,
Desnudo, sobre la juguetona risa de las olas.
Bien, este poema no es realmente.
¿Piensas que en este punto del poema estás
preparado ya?
Es de mañana, abres la ventana, afuera
la presencia del mundo
Es perfecta en la luz, y desde lejos
Uno puede oler el desove de la sal en el mar.
Pero todo cuanto permitiste que se hiciese tú
Ahora te gobierna.
Los monstruos nocturnos se han ocultado muy dentro de ti
Y los ángeles han anclado firmemente entre el pez
y las nubes.
No me tienes, y lo que es peor,
por vez primera en tu vida no pareces pensar
Que no me tienes,
Quién sabe, te dices a ti mismo, quizás yo pueda
así vivir.
Quizás pueda nadar así, te dices a ti mismo,
Y cierras los ojos, como un niño los cierras,
Como un polluelo aprietas tu cuerpo
contra el cristal,
Quién sabe, y volteas a mirar a la mujer
que duerme todavía
Y miras de nuevo hacia el mar,
Y oyes cómo en el oscuro rincón
Atrás de ti
El refrigerador se abre como la garganta de
Un tiburón
En el cual un pavo blanco lentamente
despliega su fría, estrellada cola.
Ales Steger (Eslovenia, 1973)
Traducción desde el inglés de Carlos Bedoya