Osama al-Danasuri

(1960-2007)

Osama al-DanasuriPoeta y narrador egipcio, nacido en Disuq, en el Delta del Nilo. Licenciado en Ciencias Marítimas por la Universidad de Ismailia (1984). Considerado como uno de los grandes cultivadores egipcios del poema en prosa y uno de los poetas árabes más importantes de los últimos años.
Falleció el pasado 4 de enero y fue enterrado en su pueblo natal.
Su único libro de narrativa, Kalbeya al-harem, kalbeya al-habib, publicado póstumanente, ha tenido un gran éxito.

- Hareshefo al-gahme (Escamas del huraño). El Cairo: Masreyya, 1991.
- Mezlu dheben aama (Como un lobo ciego). El Cairo: edición privada, 1996.
- Aala hayet wahed shabahi (Con la pinta de uno que se me parece). El Cairo: edición privada, 2001. Poemas en dialecto egipcio.
- Aynun sarihatun wa aynun mundahisha (Ojo distraído y ojo sorprendido). El Cairo: Dar Merit, 2003.
- Kalbeya al-harem, kalbeya al-habib (Mi viejo perro, mi querido perro). El Cairo: Dar Merit, 2007.

El espejo del poeta*

¡Poeta, estate atento!
¿Vas a salir con ese aspecto?
¿Vas a bajar así desde tu guarida y dirigirte hacia la ciudad?
¿No vas a terminar antes el poema que acabas de empezar?

¡Fugitivo!
¿Quién te has creído que eres?
¿Crees que puedes escapar, escapar así para siempre?

¡Idiota!
¿No ves que hay algo que brota a ambos lados de tu cuerpo?
¡Dios mío!
Está vivo, palpita, se escurre, es blando y cálido,
tiembla brillante a la luz.

¿No sientes ni siquiera un poco de dolor?
¡Qué miserable eres!
Llévame contigo, Poeta.
Iré detras tuyo de una cafetería a otra,
de una calle a otra,
para reunir esos apéndices espirituales
que caen de tu cuerpo al asfalto.
Llenaré para ellos un hondo recipiente con mi sangre,
los dejaré nadar ante mis ojos
como si fueran un pequeño banco de peces.
Lloro por ti, Poeta,
lloro...
pero juro que si conocieras mi historia
llorarías tú.

Bajo el árbol

Mis amigos se han metido en el agua.
y me han dejado solo
al lado de sus ropas y zapatos.
Están locos, mis amigos.
Juegan con agresividad,
se lanzan unos a otros cubos de agua,
cucuruchos de papel llenos de arena.
Pero en el fondo
son buena gente.

Yo estoy bajo el árbol
leyendo
y pensando en la vida y la muerte.
Yo soy el filósofo de la pandilla,
el minusválido que ama a todos
y al que nadie odia.

El minusválido que amó, bajo un árbol lejano,
a una minusválida
que daba vueltas sobre sí misma,
con el pelo desgreñado
y la espuma blanca de su boca
esparciéndose en todas direcciones
sin fijarse en mí.

Sentimentalismo

Ibas a morir entre mis brazos.
¿No habíamos quedado así?
¿Ahora qué hago yo con las pastillas de valium?
¡Te he comprado una caja entera!
¿Me las trago yo?

¡Qué rapido has cambiado!
De repente, ya te encanta la vida...
¡Vaya! ¡La vida!
¿No era ella aquel tunel oscuro y meláncolico,
el viaje del sufrimiento extraviado que nunca acaba?

¿Ahora qué hago yo con el poema que preparé para tu funeral?
¿Te estás burlando de mí?
Nunca te voy a perdonar.

¿Qué voy a hacer yo
después de haber organizado ya mi vida futura?
¡Mi vida!
Me la quitaste con un estúpido golpe.
Estaba a punto de establecer relaciones con la tienda de flores
para que me dieran lo más bonito que tuvieran
a buen precio
y, así, dirigirme cada semana a tu tumba
llevando conmigo un buen regalo.
Desde entonces mi corazón palpitaba
al pasar por la avenida Salah Sálem
y una nostalgía tremenda me guiaba siempre hacia al Basatín
donde se halla el cementerio familiar.
Y los bares:
Sí,
por fin había encontrado uno viejo y tranquilo
con unas ventanas altas
y paredes amarillas de madera
al que acudir cada noche.
Ya tengo la mesa apartada
donde iba a pasar el resto de mi vida
bebiendo, fumando y llorando.
Y los poetas jóvenes podrían señalarme diciendo:
“Ese es el sentimentalista solitario y triste”.
¡Cobarde,
lo has destruido todo!

* Poemas escogidos de la obra Aynun sarihatun wa aynun mundahisha.

Traducción del árabe por: Ahmad Yamani

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