Qassim Haddad

La Maison de la Poésie au Maroc

Ahora,
El poema ya no es el único o el último título de la poesía.

El poema es uno de los títulos, de la formas o los géneros innumerables de la poesía como visión y como revelación. La poesía día a día se libera de sus límites tradicionales, saliendo del poema hacia el aire de la vida, que se presenta en las cosas del ser humano y en el mundo. La poesía se convirtió en una condición de la belleza en cualquier tipo de expresión artística, como en distintas formas de la vida.

Mientras se libera de su función propagandística, de lo que lo cerca y de lo que se le impone como metas y obligaciones coactivas, la Poesía va con los sueños más allá de los horizontes, traspasando los derrumbamientos globales que abarcan los seres humanos que se lanzan a empujones hacia los portales de su futuro robado. La poesía no sirve a nadie, especialmente en el momento en que la Humanidad sufre debajo de los cascos de las matanzas, la pobreza y la explotación. La poesía es lo que nos libera de las astucias y las trampas clavadas donde ponemos nuestros pies asustados.

La poesía ahora, es el único amor que quizás salvará al ser humano de lo que le amenaza de borrarle eternamente de este planeta. Porque cuando el mundo está en decadencia hasta los antepasados, solo la poesía puede preservar la menuda luz que se une con el siguiente paso universal, después de que el ser humano se pone en la situación de la escritura… y empieza la lectura.

Hoy,
La experiencia de la comunidad humana, por su relación formativa con la poesía, debe reconocer la incapacidad de poesía en los enfrentamientos y la lucha contra las guerras y su perseguir al curso de la vida cotidiana. Lo que inhabilita la poesía a imponer los cambios es precisamente lo que le da su permanencia y capacidad de resistir y no ser pendiente de lo cotidiano, lo político y lo ideológico, para que quede como testigo sobre aquellos derrumbamientos sin que derrumbe con ellos, porque por lo menos la poesía asegura que ella no se cambie.

En la poesía, nosotros entendemos los hechos asesinos que está sufriendo toda la Humanidad y con muchos medios tradicionales y modernos, pero todo esto no le da ninguna justificación a aceptar los hechos ni los medios utilizados.

Sea lo que sea la fuerza de la violencia con la que se arman los regímenes y las autoridades del poder con sus diversos tipos y formas para machacar a los seres humanos, la poesía no tiene porque ver en la violencia una respuesta a las preguntas de la vida y sus armas.

En el movimiento de la Historia, Los que no gobiernan a través de la violencia tienen que estar conscientes de que la poesía es la que nos sostiene con su fuerza ambigua del amor, para hacer de lo efímero en nosotros algo que no muere.

La poesía a la que nos dirigimos sin alcanzarlo, la palabra humana más sublime, se quedará siempre para apiadarnos en los momentos de miedo y compadecernos en los momentos de perdición, y aliviar nuestras heridas con su bálsamo a la hora de la mortandad.

La poesía es nuestra belleza que no tiene semejante cuando no sea un adorno en las botas de un tirano y es nuestra gloria cuando no se convierte en un cuaderno de la hipocresía y la adulación.

Esta es la poesía que más escuchamos que escribimos,
y que adoramos sin rezar por ella.

La poesía que encontramos en cualquier texto novedoso como una vida nueva.

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