Nubes. Ovejas irisadas
navegan en la tarde.
Ante el destello
–divina luz que el ojo no resiste–
el oro se funde en transparencias
en la oscuridad.
La montaña se hace radiograma,
sombra,
contraste de ceguera.
Las nubes imploran la luz,
vistiéndose de rojo
tras el astro que se aleja.
Después el gris es una sola nube,
adensamiento de lo oscuro.
Negro sobre negro.
Noche que enciende otros soles.
Por qué creemos más real lo sólido
Que lo etéreo?
Por qué más real lo visible
Que lo invisible?
Por qué creemos más real lo existente
Que lo inexistente?
Por qué más la figura que el vacío?
Anhelo de ver llegar el día
en que los artificios del barroco
estallen y se dispersen en el aire.
–Presencia ante los ojos–.
No quiero prédica
dogmática ni guirnalda civil.
Aire, aire para esta sed,
para este alud de textos y de voces.
Más claridad. Si no, silencio!
No quiero ruido, discurso,
palabra altisonante.
Despejad el silencio
Acallad el griterío
Quiero luz, transparencia, vuelo.
Talvez después de todo esto
se muestre de nuevo la semilla.
La memoria orienta porvenires,
presta vigores
al fatigado presente.
El azul rebrilla bajo nueva luz.
Son de nuevo los gritos y las risas,
las veloces palpitaciones.
Es el trigal destellante, rumoroso,
el látigo bautismal de las cascadas,
la miel de la cereza.
Sueño. Infancia perdida
que regresa en cada acto,
en cada deseo,
nutriendo con sangre siempre nueva
ese otro sueño que es el presente.
Javier González Luna
(Facatativá Colombia). Realizó estudios de psicología en la Universidad Nacional de Bogotá. Entre 1982 y 1992 residió en París donde obtuvo el doctorado en literatura otorgado por la Universidad de la Sorbona. Participó en la revista Spirale-Inkari, publicación en la que aparecieron las primeras traducciones al francés de la poesía de Mutis y de otras voces latinoamericanas como Adán y Juarroz.
Desde 1993 es profesor del Departamento de Literatura de Universidad Javeriana en Bogotá. El Fondo de Cultura Económica publicó su primera obra: El cuerpo y la letra. La cosmología poética de Octavio Paz (Madrid, 1990), considerada por el poeta mexicano como un «libro inteligente, sensible y generoso». En 1993 apareció su primer poemario Hacia el alba, en 1998 A-buso de palabra, y en 2005 Vigilias.
Sus conferencias sobre las formas poéticas (del romanticismo a la contemporaneidad) conforman El Linaje de Orfeo (Ceja, Bogotá, 2000). En 2003 publicó su crónica: Jornadas indias (Ceja- Instituto Pensar).