I.
Una antigua leyenda refiere sucesos de una tribu de hombres soñadores, de palabras sonámbulas que abonan el olvido con sus cantos. Con talismanes de obsidiana hienden la noche y he aquí que crecen los relámpagos.
De regreso, con su cabeza bajo el brazo, hunden sus manos mutiladas en la herida de la noche y agitan sin sosiego la materia de los sueños. Entonces, la tribu entera danza alrededor de un augurio que crece como un fuego de ojos alucinados y he aquí que el mundo se renueva en la voz de las mujeres bajo las estrellas ordenando el caos.
II.
La poesía siempre regresa para restituirnos la danza de ese pueblo de palabras sonámbulas. Esa danza en torno al fuego de ojos alucinados, los vocablos del misterio como granos quemantes de la ofrenda que no sacia las tormentas.
(Bogotá, 1960). Es autor de los libros de poemas: Geografías (1988), En la raíz del grito (1995), De la incesante partida (2002), Devastación y memoria (antología). Su libro La herida intacta obtuvo el Premio Nacional de Poesía Ciudad de Bogotá (2005). Publica ensayos en revistas de su país y del exterior. Ha realizado traducciones de poesía en lengua inglesa y portuguesa. Tiene inédito su libro Morir en aguas de infancia. Sus poemas han sido traducidos y publicados en distintos países e idiomas.
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