Mi Señor Rey, yo estoy en tu séquito, tu página. No recuerdas, cómo tropezando camino a tu corazón Yo cargué tus fardos a la luz de la luna, ¿padecí el aguijón de tu música? Las manos abajo, los pies en el aire, qué insensata fue mi danza ¿No te ves en el recuerdo, acaso no, a la luz de la luna, mi Rey? Yo he lanzado las redes en tus lágrimas. Cuerpo o ave, siempre a solas en la cama. Y ahora, de alguna forma, me rebelo todavía. Mi cercana y amada prima no es necesario llorar Gracias a tu amor mi mente es el nido de un pájaro, Querido Señor, no nos lancemos hacia los límites. En tus mejillas, siembro un arbusto de rosas. La vida se agita en tornados y tú eres mi lámpara de tormentas, mi Rey. No hay necesidad, de llorar en absoluto. Tú presumes ser todo en el todo. Me reprendes o me golpeas a voluntad. Los dones que me ofreces son puños llenos de aire. Te llevo al lecho el té de la mañana y eres tú a quien abrazo. Los ojos se desprenden de los ojos. Le hago cosquillas a tu ombligo mientras tragas densa saliva y luego, lamo tu sangre, mi Rey. Tum-ti , tum-ti, tum, palillos frenéticos sobre el tambor temerario, incansable, Recuerda.
Traducción de Raúl Jaime ****** < en la parada de bus. Mas anoche soñé contigo largamente. Te vi rígida como una navaja en la arena, sin Oriente; y era tu cuerpo un lugar de peregrinación. Te vi flagelada por la brisa en aquel tiempo no propicio, azul del sueño en vigilia. ¿Fuiste al sur, al mar, solitaria? ¿Cuándo regresaste? ¿Hoy? Sin sonido, sin olas, los océanos del sueño sobrecogen. Estuviste al punto del suicidio en sólo tres días; los horizontes volaron como un anillo perdido tus muslos ahogados en las aguas azules parecías la asesinada amante de un gangster. Solitaria en aquel sueño de hastío absolutamente solitaria. Ahora dejaré de dormir un año entero, antes de enjugarme el sudor tras cada pesadilla. El olvido es bienvenido. Como un cuerpo impúdico, oculto bajo el ropaje habré de estar despierto por un año entero, sin sueños, y visitaré tu cuerpo como si fuese uno de aquellos 52 santuarios, y obtendré la santidad tu rostro sonriente, en la ventanilla del bus. "Adiós pasajero. Ven a vernos. Pronto." El sol penetrante ahogó las voces "Oh Ven, sentémonos allí en el prado de la biblioteca, alguien adentro susurraba. Y luego, de repente, alzando la mirada, la hora olvidada. Y salté y corrí a través de las calles, más allá de los buses los tranvías, los carruajes, las multitudes, dando saltos mortales como un orangután, llegando difícilmente al ascensor de la oficina... Sólo tres minutos en la parada de bus. Y sin embargo soñé contigo, anoche, largamente. Traducción de Raúl Jaime ****** A la orilla del río solitario permanece una camisa azul de algún infeliz No hay nadie, ni la clara luz del día Es un día vacío lleno de sombra ¿Dónde se ha ido ese hombre? ¿Entro en el agua, de repente, buscando un infierno que cubre su corazón? ¿O acaso esté acostado en el adornado silencio del bosque? Sobre su cuerpo se han marchitado algunas hojas Los infelices nunca dejan las huellas de los pasos andados Pero al borde del río, este enjambre de hilos azules parece la fábula real de alguna vida Como si la esencia de unos cuantos alientos, la vanidad de un reino perdido, una carta desazonada fueran mías, pues fui yo quien algún día aquí se ahogó en silencio; el río sabe. Traducción al español de Shyama Prasad Ganguly, hispanista de la India, realizada de la versión original en bengalí. ****** Del dedo de mi mano derecha cuelga un hilo azul del cual se haría la bandera triunfante del paraíso Pero sin duda no es hora todavía Antes de eso, el silbido del pájaro doyel debe posarse en mis labios Antes de eso, una espera eterna para cada revelación Antes de eso, amor en las casas de pólvora Antes de eso, antes de eso, antes de eso... Traducción al español de Shyama Prasad Ganguly, hispanista de la India, realizada de la versión original en bengalí. ****** En el caído crepúsculo del ocaso llegó él y se detuvo al lado del río- un viajero extraviado del siglo movedizo. En sus ojos-esperanza. En sus alientos-ansia. Aquí bajo el árbol shishu al lado del cementerio Viene alguien a verlo, así se pactó, y nos emancipará. Hace tiempo, desde aquí, comenzó su caminar cuando en lugar de éste árbol, había brotes de semillas recién germinadas, el río era tan sonoro como las lluvias, la brisa tan fresca como el reír del niño, la luz lunar-amor; todavía la sangre no había salpicado el campo de labranza, un sonido metálico en el sueño; cuando un príncipe decidió vestirse de ropa azafranada, un comandante besó los pies de una pordiosera. Cuando un poeta había sentado a la reina de su corazón en el altar del templo, aún, alguien decía que esta tierra humana se volvería más hermosa. Como la nube tras el monte, algo hermoso quedaba oculto en algún lugar. Vendrá él, vendrá, sí vendrá... Traducción al español de Shyama Prasad Ganguly, hispanista de la India, realizada de la versión original en bengalí. ****** tus labios saciados del son rizante de un lago; la brisa captada en tu velete como la vela de un barco. No pasaban tus pies la tierra todavía. Sin pisar la tierra tus pies, te detuviste cubriendo el horizonte como una dama cortesana del paraíso o un hada pre-rafaelista. Un poco lejos, reposando yo bajo la sombra de un árbol leía la historia de la dentadura humana, del cautiverio del fuego y un documento sobre la guerra del pan. Vuelvo la cabeza y fijamente la miro, ¿Quién es ella? ¿Neera? ¿U otra mujer parecida? ¿De dónde viniste? ¿y por qué viniste? ¿Adónde te fugarás de nuevo? La luz del atardecer del invierno se vuelve rojiza de repente; las olas altas y bajas se siguen solas sinfín, como si estuviera jugando la consciencia al escondite. Todo es irreal -sin embargo, cuan cierta es la realidad de aquella mirada momentánea. Traducción al español de Shyama Prasad Ganguly, hispanista de la India, realizada de la versión original en bengalí. ****** Si con un poema se pudiera llenar de cosecha el campo, yo lo haría con tinta de mi sangre; si el ritmo de las rimas hiciera llover sobre la tierra sedienta, pondría en ellas la esencia de mis huesos y venas haciendo un himno a las lluvias, si con un poema... ay, sin tan sólo escribiendo uno... El niño que se cayó dormido llorando y llorando, no he visto jamás yo imagen más triste, si con un poema... se queda sentado alguien ante la estufa apagada con fuego en las entrañas, si con un poema... La bandada de orugas invaden despacio las flores til, si con un poema... En sombras pálidas va volando el mundo de cada uno. Toda vez que me aleje al campo a respirar me siento residente de otro planeta. Puedo llorar por tu dolor en privado. Eso tampoco se convierte en poema. Pero sí que surge, siendo espejo de un encanto seductor con qué jugar un poco a solas. Me perdonen por favor. Traducción al español de Shyama Prasad Ganguly, hispanista de la India, realizada de la versión original en bengalí. |